La primera señal de que Juan Ramón Amores, nuevo alcalde de La Roda (Albacete), sufría esclerosis lateral amiotrófica (ELA), un mazazo del destino sin cura y con una esperanza de vida media de tres años, llegó de la manera más anodina. “Fue en verano de 2015. Me senté en la silla de la playa y vi que me costaba levantarme. Hice lo que todo el mundo habría hecho: me compré una silla más alta y ya me levantaba perfectamente”, cuenta, remontándose a los primeros síntomas de una enfermedad cuya existencia desconocía hasta que se la diagnosticaron en noviembre de ese año.

“Me dieron tres años y he demostrado que, como en el deporte, las estadísticas están para romperlas. Y yo las voy a romper, pero por mucha diferencia”, afirma el candidato del PSOE, de 42 años, que ganó el 26 de mayo las elecciones municipales por mayoría absoluta y este sábado pondrá fin a 32 años ininterrumpidos de gobiernos de derechas en esta localidad de 15.000 habitantes.

“Me dieron tres años, demostré que las estadísticas están para romperse”

La advertencia de que algo iba muy mal se produjo 20 días después de que Amores fuese nombrado director general de Deportes de la Junta de Castilla-La Mancha. “Iba a entregar un trofeo en mi pueblo, aquí, en La Roda. Intenté subir a un pequeño escenario de medio metro y no pude. Al segundo intento me caí delante de mi gente, de mis amigos, en mi primer evento como director general. Venía flamante y vi que tenía un problema. Ese día decidí ir al médico y ya luego todo fue muy rápido. Fíjate, me caigo en La Roda y me levanto en La Roda… No creo en las casualidades”, expone mientras los vecinos del pueblo no paran de saludarle. “Es un héroe, ojalá que muchas personas tomemos ejemplo de él”, opina Margarita Rubio, empleada de 49 años de la confitería La Moderna, uno de los templos de los Miguelitos, los dulces por los que hasta ahora se conocía al municipio.

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