Una de los tecnicismos relacionados con la pandemia actual que ha trascendido al público general es el de «PCR», ese sistema que de alguna forma permite detectar el coronavirus SARS-CoV-2. Para ser exactos, el método recibe el nombre de RT-PCR en tiempo real (RT-qPCR). Pero, ¿cómo se caza exactamente al virus?

El método proporciona un resultado en 4 o 5 horas. Ese tiempo es posible solo cuando se analizan muestras de un único paciente. Desgraciadamente, el tiempo de respuesta es muy superior. Cientos de pacientes acuden a los hospitales cada día para ser diagnosticados, y los recursos materiales y humanos son insuficientes.

A sus anchas en las vías respiratorias

El material genético del SARS-CoV-2 es ARN. Este se suele detectar en muestras del tracto respiratorio superior e inferior de pacientes que, tras una evaluación médica, cumplen los criterios de caso en investigación. Estos son: tener los síntomas principales de la enfermedad, la historia clínica previa y el contacto reciente con contagiados.

Un método molecular de detección rápida

El protocolo de detección comienza tras recibir las muestras respiratorias. La detección es indirecta: lo que se detecta es el ARN del coronavirus.

Primeramente se extrae y purifica el ARN. Luego se realiza la reacción RT-qPCR. Son dos reacciones diferentes, pero la RT y la qPCR se llevan a cabo al mismo tiempo en un tubo para reducir tiempo, recursos y manipulaciones innecesarias. Ambas reacciones reproducen in vitro procesos que ocurren in vivo gracias a enzimas especiales.

RT va de ReTro

La PCR en la que se basa la técnica copia ADN, no ARN. Esto supone un problema para detectar un microorganismo que no tiene ADN pero, por suerte, es de fácil solución. El ARN del virus purificado se convierte en ADN mediante un proceso conocido como retrotranscripción (RT). La enzima encargada es la retrotranscriptasa o transcriptasa inversa.

La retrotranscripción es la forma de multiplicación habitual de los retrovirus.

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