Científicos de la Universidad de Granada (UGR) han advertido del aumento en las ciudades españolas de las llamadas ‘alergias cruzadas’, las interacciones que pueden desarrollar las personas alérgicas al polen de un árbol cuando consumen un determinado fruto, así como de la importancia de los bosques urbanos para la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos.

Los investigadores, pertenecientes al departamento de Botánica, destacan las reacciones cruzadas que se producen entre el polen de ciprés y el melocotón; entre el polen de olivo y el melón, kiwi, melocotón y pera, y entre el polen de plátano de sombra y la manzana, el plátano, kiwi, melón y melocotón.

«Cada vez hay más personas en las ciudades que sufren una de estas alergias cruzadas debidas a que las plantas tienen relaciones filogenéticas, al igual que los animales«, destaca Paloma Cariñanos, una de las autoras de este trabajo. Así, existen proteínas comunes en el polen y el fruto de distintas plantas, que hacen que cuando una persona desarrolla alergia al polen de una planta, pueda desarrollar alergia al fruto de otra».

En este artículo, los investigadores de la UGR abordan dos objetivos: establecer el listado de árboles frutales urbanos que existen en la ciudad de Granada (aunque los resultados son extrapolables a las demás ciudades mediterráneas) y revisar el riesgo potencial de experimentar una reacción alérgica al consumir frutas de árboles urbanos.

El inventario de árboles frutales de uso real o potencial en la ciudad de Granada ha resultado en un catálogo de 79 especies de 31 familias botánicas diferentes.

En cuanto a las reacciones alérgicas que pueden ocurrir, el estudio revela que 23 especies son causantes de alergia polínica, entre las que destacan el olivo, el castaño, la morera o el nogal, y hasta 30 especies contienen alérgenos en el fruto, entre ellas el pistacho, el almendro o la bellota.

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