La agencia antidopaje china (Chinada) ha comunicado al Comité Olímpico Internacional (COI) que ha suspendido los controles antidopaje de sus deportistas como consecuencia del estado de emergencia sanitaria decretado en su país por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La medida persigue evitar contactos de riesgo.
La epidemia de coronavirus, que ya ha supuesto la suspensión de importantes competiciones nacionales e internacionales previstas en China esta primavera como los mundiales de atletismo de Nankín, también perturba en todos los sentidos la preparación de su equipo olímpico a menos de seis meses del comienzo de los Juegos de Tokio.
Aunque Chinada precisó que la moratoria sería temporal, la ausencia de controles significa que algunos de los deportistas pueden quedarse fuera de los Juegos al no haber pasado el número de controles previos que el COI juzga imprescindibles a lo largo del año olímpico. En este sentido, la agencia internacional de controles (ITA), dependiente del COI y radicada en Lausana (Suiza), precisó a France Presse que están estudiando alternativas para poder cumplir los objetivos de controles, incluido el recurso a algún proveedor privado.
Los controles fuera de competición, los afectados por la suspensión, consisten en la toma de muestras de orina y sangre en el domicilio o lugar de entrenamiento de los deportistas por parte de dos agentes de control. El laboratorio antidopaje de Pekín es uno de los que más análisis realiza. Según los datos de 2018, en Pekín se analizaron más de 14.000 muestras de orina y 3.000 de sangre. China es una de las grandes potencias deportivas mundiales. En los Juegos de Río 2016 terminó tercera en el medallero. Su gran figura, el nadador Sun Yang, triple campeón olímpico en Río, ha sido juzgado recientemente por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) y se enfrenta a una petición de sanción por parte de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que le acusa de romper voluntariamente con un martillo una muestra de orina durante un control efectuado en su domicilio.
“Tenemos que ser prudentes”, reconocen en la ITA.