Álex Lequio comenzó su batalla contra el cáncer, una enfermedad que empezó como un simple “tirón de espalda”, hace 15 meses. Ahora, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio ha tenido que volver al ser ingresado. Él mismo lo ha contado en sus redes sociales. «Suelo ser la personificación de la alegría con patas cuando toca visita espontánea al hogar de las batas-blancas y maquinitas-que-no-se-callan pero hoy me da especial tristeza porque he colaborado con Polar Marketing Group en la maravillosa organización de un evento benéfico sin igual –la quinta colección de beauty art que organiza la clinica Smylife con la Fundacion Padre Angel– y no voy a poder ir», ha escrito en su Instagram junto a una cara triste.

El joven ha añadido: «Sabéis que soy muy poco dramático cuando los contratiempos únicamente me conciernen a mí, pero en esta ocasión me da mucha pena no poder estar apoyando físicamente porque el evento va de ayudar a otras personas», dice Álex. Para concluir, añadía: «No es nada grave y mi familia está conmigo, ya sabéis que cualquier susto cuando estás en la zona de riesgo es un sustazo y hay que hacérselo ver».

Desde que a finales del pasado septiembre Álex Lequio regresara a España después de siete meses en Estados Unidos tratándose en el prestigioso Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York el cáncer que padece, el hijo de Obregón y Lequio ha ido informado de su estado de salud a través de sus redes sociales y, escuetamente, en los pocos eventos a los que ha asistido recientemente.

En abril de 2018 se conoció la noticia de su enfermedad, aunque no fue hasta diciembre, cuando concedió su primera entrevista, cuando desveló los detalles de su dolencia. «Cuando me pasó esto, digamos que me di cuenta de que no podía confiar en que, después de este tren, fuera a pasar otro. Y ahora estoy como loco,

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