¿Te caben los pantalones como hace un mes? ¿No estás entre los españoles que han engordado entre tres y cinco kilos estas fiestas (esa es la cifra que dan algunas asociaciones médicas)? ¡Qué suerte, tienes el gen! Da las gracias a la familia.

Y si estás entre el común de los mortales, bienvenido a este enooorme club. Toca poner las cosas en su sitio, y el sitio de las toxinas está fuera de tu cuerpo. Incluso si no has engordado pero sí te has pasado con grasas, azúcares, alcohol y cenas a las tantas, puedes hacerte el gran autorregalo de un periodo detox. De hecho, el regreso a la vida saludable es un clásico entre los buenos deseos para recibir el año.

Venga, a recibir la primavera con la misión cumplida. Por eso el primer ingrediente de la operación solo puede ser uno: ¡voluntad… y hasta cabezonería! No lo dejes para mañana. Desafíate, vincula a la familia o a un amigo para daros ánimo en los momentos de humana debilidad o despiste.

Puedes poner en un lugar muy visible, como el espejo del baño, o la nevera, o los dos, un recuerdo de que la salud y el subidón de verte bien son lo primero y lo segundo. La ventaja de que empieces ya, además, es que puedes medir el progreso con el año. Verás qué bien te sienta febrero.

Y a partir de ahí, mucha agua (con limón, mejor aún), infusiones o zumos de apio, zanahoria o piña para ir depurando. Hay un montón de alimentos con propiedades digestivas, diuréticas y depurativas. Las toxinas se irán rápido pero ya sabemos que los kilos son mágicos, un misterio de la ciencia, se ganan de un día para otro y después parecen okupas. Así que paciencia, no te desesperes y márcate objetivos asequibles, partido a partido.

No te castigues, disfruta comiendo pero con las calorías muy contenidas. Si después de los atracones te lanzas de cabeza a una dieta exigente, fácil que terminéis de uñas. Es mejor recuperar rutinas,

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