Al menos 93 personas han muerto y 150 se encuentran hospitalizadas, en su mayoría trabajadores de una plantación de té, por el consumo de alcohol adulterado en el noreste de India, según el último recuento efectuado este sábado por las autoridades locales. El consumo del licor casero comenzó en la noche de este jueves en una celebración en una plantación de té en el distrito de Golaghat, en el Estado nororiental indio de Assam, según ha informado el subcomisionado de la administración del distrito, Dhiren Hazarika. El subcomisionado ha explicado que han detenido a dos personas relacionadas con la producción y venta del alcohol adulterado, aunque ha dicho las razones del envenenamiento aún no están claras. “Trajeron [el licor] en contenedores, pero quizá los contenedores había sido utilizados antes para transportar insecticida de la plantación de té, lo que quizá provocó que se volviera venenoso. La autopsia nos dirá qué sucedió”, ha declarado Hazarika.

Hasta el mediodía del viernes el número de fallecidos era de 16 y el de hospitalizados, 20, una cifra que en Golaghat ya se ha elevado hasta los 58 muertos y 120 hospitalizados, según Hazarika, que ha especificado que entre los muertos están el hombre que comercializó la bebida y su madre. La distribución de la bebida llegó también al vecino distrito de Jorhat, donde han muerto hasta el momento 35 personas, nueve de ellas mujeres, y alrededor de treinta se encuentran hospitalizadas, según el portavoz de la policía del distrito, Mainul Husain. El balance puede seguir subiendo porque varias personas se encuentran en estado crítico. “La gente llegó al hospital sufriendo fuertes vómitos, sin aliento y con intensos dolores en el pecho”, ha explicado a la agencia France Presse el doctor Ratul Bordoloi, subdirector de los servicios de salud de Golaghat.

Este suceso se produce después de que la semana pasada también se confirmase la muerte de más de un centenar de personas por consumo de alcohol adulterado en el norte de India, donde las autoridades practicaron cerca de 300 detenciones en una campaña contra esta lacra que suele golpear a la población más pobre.

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