El brazo de Mark Holmgren, un canadiense de 38 años, se ha convertido en el más famoso del país norteamericano a pesar de que no lo usaba desde hacía 20 años y de que del miembro apenas quedan los huesos. La pasada primavera, una pareja de taxidermistas, acostumbrada a trabajar con piezas de caza y mascotas muertas, recibió un encargo inédito de Holmgren: conservar su extremidad tras serle amputada.

Cuando contaba 17 años, en 1999, el hombre sufrió un accidente de moto durante un corto trayecto. Como resultado del percance, perdió la movilidad del brazo derecho tras quedar los nervios del hombre gravemente dañados. Pasaron los años y los médicos no consiguieron que el brazo se recuperase. El pasado abril, los cirujanos del hospital de la Universidad de Alberta le amputaron el brazo.

«Ya que iba a deshacerme del brazo, quería hacer algo especial con él», ha comentado Holmgren en una entrevista en la emisora de radio CBC. «Lo había pensado durante años. Siempre veo esas decoraciones de Halloween con una mano sosteniendo un cenicero o algo así. De ahí me vino la idea», ha añadido.

Pero llevar a cabo la idea no era tan sencillo. Mark Holmgrem debía obtener en primer lugar la autorización de los médicos para llevarse a casa la extremidad amputada. El hombre desconocía si las leyes de Alberta (la sanidad canadiense es competencia de las provincias) lo permitían. Para su sorpresa, los cirujanos le dijeron que debía firmar algunos documentos y, un mes después, fue a recoger su brazo, que habían mantenido congelado. En casa lo guardó en una nevera.

El segundo paso era encontrar a una firma de taxidermia que aceptara trabajar con restos humanos. Un encargo difícil: Holmgrem contactó a cinco empresas, pero todas se negaron. «Un amigo cazador me habló de Danielle Swift, quien dirige con su esposo la compañía Legends Taxidermy and Skull Cleaning», ha comentado. En la compañía de taxidermia se quedaron de piedra: «Cuando contesté el teléfono, pensé que era una broma.

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