Desenredado previo. Es obligatorio, y en el caso de las melenas rizadas o encrespadas más aún. Tiene su explicación. Cuando se desenreda bajo el chorro de agua de alcachofa o está mojado, el pelo pesa más y hay mayor riesgo de romperlo durante el proceso. Lo ideal es poner orden y eliminar los nudos antes de abrir el grifo y hacerlo con un cepillo plano de cerdas naturales. Hay que comenzar de medios a puntas y dejar para el final la zona de la raíz.

Cerrar el grifo. Al menos mientras enjabonamos. Es el mandato nº 1 para los seguidores del ahorro acuático. El lavado de cabeza implica dos champunadas (la primera para eliminar la suciedad y una segunda para aportar al cabello el cuidado cosmético) y a esto hay que añadir la aplicación del acondicionador o la mascarilla mientras se masajean los mechones. ¿Sumamos minutos? Con que solo fueran cinco, se pueden ahorrar alrededor de 100 litros.

5 gestos -y un reto- para conseguir una melena sana e hidratada (y reducir la factura del agua)

El champú, sin siliconas. Estas se adhieren a la raíz y exigen más tiempo de aclarado. Además hacen que el pelo se ensucie antes y necesitemos más lavados. Se utilizan porque aportan una textura cremosa a los productos y dan suavidad y brillo al cabello. Sin embargo, también crean una película que impide que penetren los productos hidratantes, nutritivos o reparadores que se extiendan a continuación. También se terminan depositando sobre el cuero cabelludo, y tienen un efecto oclusivo que impide su oxigenación y los asfixia. Esto hace que el pelo se engrase y ensucie más rápidamente y que la melena pierda volumen.

En cuanto a la cantidad de producto necesaria, basta con el tamaño de una nuez, incluso menos si el cabello es fino. Utilizar más cantidad implicar aclarar durante más tiempo y el pelo coge más electricidad estática. Lo más recomendable además, es repartirlo sobre la cabeza y añadir después un poco de agua antes de comenzar a masajear.

La temperatura del agua sí importa. Y mucho. La recomendación de los especialistas de terminar el enjuagado con agua fría o tibia no solo hace que este sea más fácil y rápido,

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