Todos los años, cuando entran los primeros fríos de invierno, nos preparamos para recibirlos: comprobamos que funciona la calefacción; vamos al armario y nos probamos el abrigo y, si no nos vale, acudimos a la tienda a comprarnos otro. Es decir, ponemos los medios necesarios para que el relente no nos coja en mangas de camisa. Pues bien, nuestras autoridades sanitarias no funcionan así. Aunque saben que por estas fechas, año tras año, se colapsan los servicios de urgencias de los hospitales públicos a causa de la gripe, año tras año la llegada del virus les coge desprevenidas. Puesto que dentro de poco hay elecciones autonómicas, me gustaría sugerir a los próximos gobernantes que allá por diciembre se pongan una señal de alerta en el calendario, porque estoy por afirmar que el invierno que viene volverá a hacer frío y la gripe tendrá intención de hacer acto de presencia. Por favor.

Enrique Chicote Serna, Arganda del Rey (Madrid).

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