La red de hospitales y centros de salud desplegada por todo el territorio ha permitido alcanzar uno de los retos del sistema sanitario: garantizar la equidad de acceso. Que todos los ciudadanos tengan cerca los servicios sanitarios que precisan. Pero eso ya no es suficiente. El sistema público de salud debe dar ahora un salto cualitativo: garantizar también la equidad de resultados. Ya no basta con tener un hospital a menos de una hora de coche. El reto ahora es asegurar que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de curación.

Para ello es preciso poder conocer y evaluar los datos clínicos de los diferentes servicios. De momento, son pocas las iniciativas que los ofrecen: el Altas de Variaciones en la Práctica Médica, que coordina desde Zaragoza Enrique Bernal; la Central de Resultados de Cataluña y el Observatorio de Resultados del Servicio Madrileño de Salud. Pero una visita a sus páginas web permite observar las muchas diferencias que existen. Corregirlas exigirá revisar criterios muy arraigados. Hasta ahora, por ejemplo, se había puesto el énfasis en acercar los servicios a la población pero la alta complejidad de algunos procedimientos clínicos exige ahora recentralizar algunos de ellos. La población puede verlo como una pérdida y hasta una falta de equidad en el acceso porque les obliga a desplazarse, pero es lo que puede garantizar la equidad en los resultados.

La ventaja de la concentración ha quedado demostrada en una evaluación de la Central de Balances de Cataluña que ha comparado las diferencias de mortalidad antes y después de que en 2012 se aplicara un plan de concentración de cirugía oncológica digestiva. La reorganización obligó a derivar a los pacientes a los centros autorizados, que aumentaron significativamente el número de casos anuales. La concentración permitió una reducción de la mortalidad a los 30 días de la intervención del 79% en el cáncer de esófago, del 41% en el de páncreas y del 50% en las metástasis hepáticas. Son datos que la responsable del Observatorio del Sistema de Salud de Cataluña, la economista y especialista en salud pública Anna García-Altés,

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