El sistema sanitario español ha conseguido mantener sus niveles durante la crisis, pero uno de sus indicadores ha acusado tremendamente el impacto de los recortes: las listas de espera. Los datos de La sanidad española en cifras 2018,que se presentó ayer en Madrid, lo atestiguan: de los 17 indicadores que variaron más de un 30% en los últimos cinco años, 15 se corresponden a demoras en el tiempo de espera o en el número de personas que aguardan. La que más ha crecido, el tiempo hasta pasar por una cirugía ginecológica: un 78,18% más entre 2012 y 2017.

Variaciones de tanto impacto son raras en un sistema sólido que ha aguantado bastante bien la crisis, aunque sea a costa de la sobrecarga de sus trabajadores, dijo ayer Juan del Llano, presidente de la Fundación Gaspar Casal y coautor del estudio que ha editado el Círculo de la Sanidad. La otra responsable del trabajo, la economista Alicia Coduras, advierte que en un periodo tan corto de tiempo solo variaciones de más del 10% pueden considerarse significativas. En total, el trabajo recoge datos de más de 150 indicadores, desde tasas de natalidad a gasto sanitario pasando por cribados, recaídas, causas de enfermedad y muerte. Como ejemplo de la resistencia del sistema, solo 27 suben o bajan más del 20% (y, de ellos, 17 lo hacen por encima del 30%). De estos 27, 19 son parámetros que van a peor, y 18 de ellos corresponden a demoras o personas en listas de espera.

Curiosamente, la mayor mejoría de media se da en el paso previo: la espera para una consulta especializada de ginecología, que bajó en el mismo periodo un 32,91%. El mayor descenso, el 64,89%, se dio en Asturias, y, en el extremo contrario, en Castilla y León subió un 15,38%. Las consultas para las que más ha crecido el tiempo que hay que aguardar son las de dermatología (el 66,12%) y otorrinolaringología (60,29).

Entre las cirugías con gran aumento en la demora son las de otorrinolaringología (60,29%) y traumatología (44,44%).

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