Una comarca del interior de Galicia representativa de la España vaciada ha torcido el brazo al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en su política sanitaria. Tras dos meses de presiones, una gran rebelión popular ha conseguido no solo la reapertura del paritorio del hospital comarcal de Verín clausurado el 1 de diciembre, sino también que Feijóo rectificase su argumento inicial de la “falta de pericia de los ginecólogos por los escasos partos” por el de la falta de pediatras. Tras sucumbir a las protestas y reabrir el paritorio, el presidente gallego puso un último obstáculo: la firma por las gestantes de un “consentimiento informado reforzado” para dar a luz ahí. Este jueves nacieron los dos primeros bebés tras el conflicto. Sin consentimiento especial alguno.

Tres días después de su reapertura, Kevin y María Lucía llegaron al mundo en el paritorio del hospital comarcal de Verín con escasas horas de diferencia. Javier Castrillo, jefe de Ginecología del hospital comarcal, informaba con satisfacción de ambos nacimientos “con todas las garantías y sin ninguna medida excepcional, como ha ocurrido siempre». El personal del centro cree que ese consentimiento informado reforzado con el que el presidente gallego condicionaba el retorno de los partos en Verín fue “una forma de intentar justificar que el cierre que ordenó había tenido algún sentido”.

“Esas declaraciones [del presidente de la Xunta] fueron para los medios de comunicación; a nosotros no nos han dicho nada y si nos obligan a hacer esto que no hacíamos antes ni se hace en ningún otro hospital, yo mismo iré al juzgado a denunciar. ¿Quieren dan a entender que dar a luz aquí es peligroso?”, protesta Castrillo. El Consello Galego de Colegios Médicos de Galicia advirtió igualmente de que ese consentimiento “no puede ser, en ningún caso, una delegación de responsabilidades de la Administración sanitaria hacia los pacientes” y tildó de “inédita” y “retorcida” la variante anunciada por Feijóo.

Los trabajadores del hospital de Verín siempre han sostenido que el cierre del paritorio era el primer paso para desmantelar todo el centro.

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