La vitrificación de ovocitos es la medida de medicina preventiva más importante que se puede tomar frente a la infertilidad asociada a la edad, según defiende el doctor Isidoro Bruna, especialista en reproducción asistida y director de HM Fertility Center.

En una entrevista con EFE, este experto, profesor del Máster de Reproducción de la Universidad Complutense, analiza los avances de esta medicina, los riesgos del retraso en maternidad y el futuro de esta especialidad médica.

Según el INE, las mujeres españolas tienen el primer hijo con 32,5 años y, en 2015, España fue el segundo país de la UE con más madres primerizas con hijos a partir de los 40 años, solo por detrás de Italia, según datos de Eurostat. La edad media de acceso a las unidades de reproducción asistida es de 38 años.

«Ya hace 15 años, en la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) -dice el doctor Bruna- intentábamos concienciar a las mujeres de que la edad corre pareja a una disminución de la eficacia reproductiva».

Bruna recuerda una encuesta que coordinó hace unos años en la que una de cada tres mujeres expresaba que la edad en la que una mujer puede quedarse embarazada con normalidad es hasta los 45 años.

Consecuencias de embarazos tardíos

«Esto es desinformación», subraya el doctor. «Queremos que las mujeres estén informadas y conozcan las consecuencias que pueden tener embarazos tardíos; muchas mujeres sobrevaloran la posibilidad de alcanzar un embarazo con reproducción asistida con sus propios óvulos», añade.

Este ginecólogo afirma que en los países occidentales está disminuyendo la fertilidad natural y lo explica por una causa doble, el retraso en el acceso a la primera maternidad, y el efecto de los disruptores endocrinos que influyen en la fertilidad, como por ejemplo los elementos que sirven para conservar alimentos, determinados tejidos de ropa o las dioxinas que respiramos.

Desde el punto de vista legal,

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