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  • Se puede aplicar cuando no es viable el sistema habitual y para así evitar el trasplante cardíaco.
  • El Hospital del Mar de Barcelona es el uno de los primeros del mundo que utiliza esta técnica.

Hospital del Mar.

La radioterapia para tratar arritmias se ha usado de forma pionera en España. La técnica se puede aplicar en los pacientes en los que no es viable utilizar los sistemas habituales y se pueden ver abocados al trasplante cardíaco. El primer paciente ha sido un hombre de 64 años que sufre una patología cardíaca. Hasta ahora, las arritmias han desaparecido del todo.

El Hospital del Mar de Barcelona es el primero de España y uno de los primeros del mundo que utiliza la radioterapia para curar arritmias del corazón. Esta técnica pionera ya se ha aplicado a un paciente. Según cuenta SINC, la iniciativa permite tratar a un grupo de pacientes en los cuales las técnicas habituales no tienen éxito y que se pueden ver abocados al trasplante cardíaco.

Su aplicación para las arritmias tiene su origen en EE UU, donde se ha utilizado en una veintena de casos. Se trata de someter a la zona del corazón donde se origina esta disfunción a una dosis muy elevada de radiación (25 Grays en una sola sesión, cuando lo habitual es una dosis de 2 Grays para tratar casos de cáncer), para crear una cicatriz en el área y eliminar así la arritmia.

El jefe del Servicio de Cardiología del Hospital del Mar, Julio Martí, destaca la complejidad de la técnica, que obliga a un elevado grado de especialización de los profesionales que intervienen. “Se tiene que trabajar de forma conjunta. En primer lugar los radiólogos, que son los que obtienen las imágenes; después los cardiólogos, para indicar el punto en el cual se origina el problema; y, finalmente, los oncólogos radioterápicos, que definen el volumen a tratar y cómo hay que hacerlo”, explica. 

Una intervención corta pero compleja

Se trata de una intervención de corta duración; solo 30 minutos ante las más de dos horas de una ablación con las técnicas habituales. Se hace bajo supervisión de un cardiólogo para hacer frente a posibles complicaciones. Según Martí, “la ventaja fundamental es que la zona que hay que tratar es de difícil acceso mediante las técnicas habituales por cateterismo.

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