Los antibióticos son una de las herramientas más útiles para la salud que se han inventado, pero décadas de uso han dado tiempo a que algunas de las bacterias que combaten generen resistencias. Para superar ese contratiempo, en los últimos años se han empezado a realizar un tipo particular de trasplantes para curar infecciones pertinaces. Desde hace tiempo, los científicos han comprendido que algunas de estas infecciones se producen por un desequilibrio en el ecosistema de microbios que habitan una parte del cuerpo. Cuando se debilitan las bacterias buenas, la mayoría de las que conviven con los humanos a diario, las nocivas pueden tomar el poder y hacer daño. La transferencia del ecosistema de una persona sana, a través de un trasplante de heces, por ejemplo, ha mostrado su eficacia para acabar con infecciones intestinales contra las que no sirvieron los antibióticos.

Esta semana, la revista Nature Medicine publica los resultados de un nuevo trabajo para tratar infecciones resistentes a antibióticos con un trasplante de microbios. El objetivo de los investigadores, liderados por Eran Elinav, del Instituto Weizmann en Rejovot (Israel), fue tratar a cinco mujeres con infecciones vaginales que no respondían a otros tratamientos.

Este tipo de tratamientos han de controlarse para evitar embarazos no deseados

La bacteriosis vaginal es una alteración de las comunidades microbianas de la vagina en las que las especies de Lactobacillus, las bacterias que dominan normalmente esa parte del cuerpo, se ven superadas por otras problemáticas. Hasta una de cada tres mujeres pueden padecer este desequilibrio, aunque en muchos casos ni siquiera presenta síntomas. En un 16% de las infectadas puede producir malos olores y aumenta el riesgo de problemas durante el embarazo o de contraer enfermedades de transmisión sexual.

Cuando estas versiones de las infecciones se tratan con antibióticos, un 30% recaen en los primeros tres meses tras el tratamiento inicial y hasta un 70% pueden volver a tener síntomas un año después de tomar los antimicrobianos. En algunos casos,

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