Una joven sufre anemia en una región en la que apenas se pueden cultivar frutas y verduras porque la degradación de sus tierras o las lluvias erráticas generadas por el cambio climático que ella apenas provoca le impiden cosechar. Tiene un par de vacas que significan no solo la leche con la que alimentar a su familia, sino un aval para vender en caso de que enferme alguien, o para pagar el colegio de sus hijos, para abono o para arar. Se gana la vida alejada de los mercados, vendiendo salchichas en algún lugar de África, donde el porcentaje de mujeres en edad reproductiva afectadas por anemia es del 38%. Desde otra latitud, un ganadero obeso estadounidense, que toma casi a diario bebidas azucaradas, alimentos ultraprocesados y empaquetados en plástico, y hamburguesas fabricadas con ternera de la industria intensiva y contaminante acumula enfermedades cardiovasculares. Son dos escenarios extremos sobre los que la ONU urge a replantear los sistemas alimentarios mundiales para combatir el cambio climático.

En el planeta hay 3.818 millones de personas que viven en países calificados con un desarrollo humano muy alto o alto, fundamentalmente ubicados en el hemisferio norte; y otros 3.659 millones en países de considerados de medio o bajo, con más predominancia en el sur, según el índice de Desarrollo Humano de la ONU. Unos datos que dividen el mundo en dos mitades casi iguales pero con desigualdades. El último informe del panel internacional de expertos que asesora a la organización en cuestiones climáticas (IPCC) propone soluciones para mejorar el estado del planeta, entre las que apuntan cambios en las dietas que deben aplicarse “según su realidad socioeconómica”. De esta manera, el mensaje sobre la procedencia de reducir el consumo de carne puede cambiar de prisma según quien lo lea. Son más de 2.000 millones de personas, más de la cuarta parte de la población, las que no tienen acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes, según datos de la agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

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