Un estudio realizado por investigadores de las facultades de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha en colaboración con los hospitales públicos de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), Ávila y Salamanca determina que la nicotina puede ser una herramienta eficaz para frenar al Covid-19 en su fase más virulenta.

Según este estudio, aunque los fumadores son más vulnerables al contagio debido al daño que provoca el humo en los pulmones, son menos los que ingresan en un hospital o acaban en la UCI. Y es que la nicotina actúa como inhibidor frenando a las citoquinas que inflaman los pulmones y acaban con la vida de los pacientes infectados.

En estos tres hospitales se analizó la evolución de los pacientes en el pico de la pandemia y se observó que entre ellos el número de fumadores habituales era menor del esperado. Según estos científicos, el mecanismo fisiológico que puede explicar este hecho se basa en la existencia de una vía antiinflamatoria activada por un neurotransmisor endógeno, la acetilcolina. Esta molécula se une a un receptor específico llamado «receptor nicotínico», denominado así porque también es la diana de la nicotina exógena.

Estos receptores se encuentran en los macrófagos, unas de las principales células del sistema inmune responsables de la «tormenta» de citoquinas que agrava a los pacientes de Covid-19. Cuando se produce la activación de estos receptores por acetilcolina o nicotina se genera un efecto antiinflamatorio, ya que disminuye la liberación de citoquinas. En este proceso se basan otros tratamientos ya existentes como el uso de parches de nicotina para la inflamación en la colitis ulcerosa.

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