Los corredores de resistencia no pueden confiar en los suplementos de electrolitos, populares para mantener los niveles esenciales de sodio en equilibrio, advierten los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y sus colaboradores en el Clinical Journal of Sports Medicine.

Concretamente, se demostró que distancias de entrenamiento más largas, una masa corporal más baja y evitar la sobrehidratación son factores más importantes para prevenir la enfermedad causada por los desequilibrios electrolíticos, apuntan los investigadores. Su estudio también mostró que el clima cálido aumentó las tasas de este tipo de enfermedades.

«Los suplementos de electrolitos se promueven para prevenir las náuseas y los calambres causados por los bajos niveles de sal, pero este es un falso paradigma. Nunca se ha demostrado que previenen enfermedades o incluso mejoran el rendimiento, y si se diluye con demasiada agua puede ser peligroso», asegura Grant Lipman, profesor de Medicina de Emergencia en Stanford y director de Stanford Wilderness Medicine.

Lipman y varios de sus coautores tienen experiencia en prestar atención médica a ultramaratonistas y competir en ultramaratones, por lo que están familiarizados con los desafíos que afrontan los atletas. La idea para este estudio surgió al ver de primera mano con qué frecuencia los atletas de resistencia usan suplementos de electrolitos, ya sea en forma de píldora, polvo o líquido, y querer saber si previenen la enfermedad.

«En el pasado, se les dijo a los atletas que se aseguraran de tomar suplementos de electrolitos y beber tanta agua como puedan -recuerda Lipman-. En general, se pensaba que eso evitaría cosas como calambres musculares, desequilibrios electrolíticos y mareos. Pero actualmente no hay evidencia que demuestre que esto sea cierto».

Los niveles de sodio que son demasiado altos o demasiado bajos durante el ejercicio pueden dañar a los atletas. Este estudio se centró en dos condiciones: hipernatremia, que ocurre cuando los niveles de sodio son demasiado altos y está asociada con la deshidratación, y la hiponatremia asociada con el ejercicio (HAE), que es causada por una caída en los niveles de sodio y puede provocar alteraciones del estado mental, convulsiones, edema pulmonar e incluso la muerte. Ha habido 14 muertes documentadas de este tipo desde 1985, según estudios previos.

«La mayoría de los atletas se preocupan por la deshidratación, pero eso no te matará -advierte Lipman-.

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