“Las mujeres sienten alivio al abortar”. El sentimiento es ese realmente: alivio. La controversia sobre los efectos de un aborto en la salud mental o afectiva de las mujeres es tema permanente en el debate público sobre aborto — en la ausencia de evidencia científica que demuestre alguna razonabilidad en la criminalización del aborto, los profetas de la fe alardean que “a ninguna mujer le gusta hacerse un aborto” y en un salto, travisten religión de charlatanismo para ofrecer el diagnóstico de “aborto como un trauma”. Por lo que la ciencia indica, no hay trauma ni culpa, pues las mujeres viven el aborto como una decisión correcta para sus vidas.

Hay sentimientos que al ser pronunciados causan incomodidad en la moral hegemónica. Pronunciar alivio en relación con el aborto parece ser uno de ellos. El estudio que identificó relief [alivio] como el sentimiento más común y permanente de las mujeres después de un aborto y en los cinco años subsiguientes, recientemente publicado en Social Science and Medicine, ha sido el más exhaustivo realizado hasta el momento en la literatura biomédica. Desarrollado en Estados Unidos con 667 mujeres, la investigación las acompañó en el tiempo, con el fin de comprobar la creencia que afirma que el aborto es una experiencia nefasta en sus vidas. Las mujeres aliviadas con el aborto son mujeres jóvenes, de todos los colores y etnias, que describen el aborto como la decisión correcta para sus vidas. Son mujeres comunes y muchas de ellas con hijos, como ya otros estudios han identificado en diferentes países, por ejemplo la Investigación Nacional del Aborto en Brasil.

¿Podríamos hablar también de “alivio” para las mujeres latinoamericanas que acceden a un aborto? Los efectos son experiencias particulares para cada persona, producidos por las individualidades que están en permanente tensión con las políticas de la vida. En el caso del aborto, los efectos sobre las mujeres son resistencias a la pedagogía de género que, en el reverso de la maternidad como un destino,

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