Desarrollar un fármaco suele llevar décadas y cuesta millones de euros. Por eso, un equipo de investigadores dirigido desde el Imperial College de Londres celebra haber encontrado un uso nuevo y prometedor para un antiguo medicamento, el tamoxifeno. Este compuesto, con estructura molecular parecida al estrógeno, se lleva empleando durante años para tratar y prevenir cáncer de mama. Ahora, mediante una serie de experimentos en ratones, los científicos han encontrado que también debilita la estructura externa de tumores sólidos, como los de páncreas, y así podría limitar su proliferación y supervivencia.

Desde 1990, la tasa de mortalidad del cáncer de páncreas ha aumentado un 5%; ahora es de casi 10 fallecidos por cada 100.000 habitantes. Menos del 5% de los pacientes sobrevive al tumor pancreático más habitual, el adenocarcinoma ductal. Estas masas descontroladas de células responden muy mal a los tratamientos porque se rodean de una coraza, formada por varios tipos de fibras enmarañadas, que bloquea el acceso a los fármacos e incluso a la circulación de la sangre. Para sobrevivir a su aislamiento, el tumor segrega proteínas que reprograman el metabolismo habitual de las células y les permiten aguantar en ausencia de oxígeno, una condición llamada hipoxia.

En ratones con cáncer de páncreas y en cultivos celulares que lo simulan, los científicos constataron que el tratamiento con tamoxifeno tiene dos efectos: ablanda la coraza externa —llamada estroma, que también es crucial para la proliferación del cáncer— y desactiva la defensa metabólica contra la hipoxia. En teoría, esto debería reducir tanto el avance como la supervivencia de las células tumorales, algo que los investigadores han observado en cultivo pero solo constatan de forma tentativa en los ratones vivos. Al mejorar la circulación sanguínea del tumor en respuesta al tamoxifeno, también debería aumentar la eficacia de tratamientos como la quimioterapia, otro fenómeno que se deberá comprobar en investigaciones futuras. Los resultados actuales son prometedores, pero preliminares.

“Los efectos que describen del tamoxifeno en las células del estroma son interesantes y en buena parte novedosos”, opina Francisco Real, jefe del Grupo de Carcinogénesis Epitelial en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

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