La práctica médica dispone de una amplísima gama de pruebas diagnósticas empleadas para detectar las más variadas enfermedades. Cada una tiene sus particularidades y sus métodos, y muchas requieren una cierta preparación previa por parte del paciente.
Una prueba muy común es la resonancia magnética, un procedimiento de imagen que se realiza en los servicios de radiología. Efectivamente, es necesario tener presentes algunas cosas antes de acudir a hacérsela, tal y como explica el Servicio de Radiología del Hospital de Manises en el blog de la institución.
Antes de la prueba
En el caso de la resonancia magnética, en principio no es necesario modificar de ninguna manera los hábitos alimenticios o la pauta de medicamentos antes de realizársela. No obstante, sí es verdad que puede haber ocasiones en las que el médico nos indique lo contrario.
También, es posible que nos administren un contraste, en este caso con un metal llamado gadolinio, cuya función es ser muy visible en la imagen, haciendo más fácilmente observables ciertas estructuras o procesos corporales.
En cualquier caso, sí que es importante que informemos al médico de cualquier condición grave que tengamos, ya que pueden ser incompatibles con partes del procedimiento (por ejemplo, con la administración del contraste), o de cirugías a las que nos hayamos sometido recientemente.