La colonoscopia es una prueba fundamental para detectar el cáncer de colon, actualmente el más común en nuestro país. Por ello, se recomienda que todos los adultos sin antecedentes comiencen a realizárselas a los 50 años de edad y se la repitan cada 10 años.

Además, también se emplea para el diagnóstico de otras patologías intestinales como la diverticulitis y la diverticulosis o para descartar otras causas en los cuadros clínicos compatibles con el síndrome del intestino irritable.

Antes de la prueba

La colonoscopia solía ser una prueba mucho más invasiva y molesta de lo que es hoy en día, motivo por el que muchas personas aún se muestran reticentes a someterse a ella. Aún así, sí que es cierto que requiere una cierta preparación previa.

Tal y como explica la Sociedad Española de Endoscopia Digestiva (SEED), antes de la colonoscopia el médico entrega al paciente un consentimiento informado, que éste deberá leer y devolver cumplimentado y firmado el día de la prueba.

Durante unos días antes de la prueba, la persona deberá seguir una dieta baja en residuos, lo que supone evitar alimentos ricos en fibra (ensaladas, verduras, legumbres, patatas, arroz, frutas), carnes o pescados en salsa, embutidos, lácteos y grasas. Se permiten otros como caldos,

 » Leer más