La recomendación de consumo de una dieta blanda suele darse en momentos en los que hay diarrea o incluso tras una época de excesos, como pueden ser las fechas por las que acabamos de pasar. Esta dieta permite darle al sistema digestivo un respiro para que vuelva a encontrar de nuevo su equilibrio y deje de provocar ciertos problemas como hinchazón, gases, dolor abdominal, etc.

Pero, a pesar de todas las ventajas que puede tener una dieta blanda, seguirla un tiempo prolongado puede tener efectos adversos. No está pensada para que pueda seguirse a largo plazo, sino durante un periodo muy corto. En aquellos momentos en los que una gastroenteritis o cualquier otro malestar esté afectando a nuestro aparato digestivo. Tras mejorar, volveremos a comer normal.

No se cubren todas nuestras necesidades nutricionales

Es fundamental tener presente que con una dieta blanda hay necesidades nutricionales que no se llegan a cubrir. Esto es debido a, como indica la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), «los alimentos a evitar son las legumbres, los frutos secos, el pescado azul», etc. También, se deben eliminar los alimentos integrales, por lo que la dieta empieza a carecer de fibra.

Por lo tanto, siempre hay que iniciar una dieta blanda bajo la recomendación de un médico y no superar los días en los que debamos seguirla,

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