Después de ir a la piscina los ojos se pueden irritar por el cloro y los desinfectantes que contiene el agua de piscina. Si se van a hacer zambullidas o bucear es aconsejable siempre usar gafas adecuadas de natación o de buceo para disminuir la exposición y la irritación posterior.

Así lo afirma en una entrevista con Infosalus el doctor Rafael Giménez, oftalmólogo del Hospital Quirónsalud Córdoba, quien recuerda también que el sol en verano supone una alta exposición a radiaciones ultravioleta, además de un aumento de la evaporación natural de la lágrima, por lo que se pueden producir efectos secundarios, como signos y síntomas de sequedad ocular, así como queratitis, pequeñas alteraciones epiteliales en la córnea.

«La radiación ultravioleta también se ha relacionado con la evolución de las cataratas o de patologías de la conjuntiva como el pterigium. Por ello, es recomendable protegerse con gafas de sol homologadas, que sean envolventes, así como evitar las horas de máxima radiación solar entre las 12 y las 17 horas. Usar un sombrero también puede reducir esta exposición», subraya el especialista.

En este contexto, incide en que la irritación que se produce después de las zambullidas puede acompañarse en ocasiones con algunas secreciones: «Si son escasas y duran poco tiempo pueden no tener importancia.

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