Cuando se presenta una emergencia médica, tener un centro de salud equipado y cercano puede ser una cuestión de vida o muerte. Aplicado a zonas remotas en lugares como la República Democrática del Congo (RDC), donde a menudo hay que caminar durante horas entre la maleza para llegar a un hospital, ese principio adquiere un significado diferente, ya que el problema puede traducirse en algo tan elemental como la falta de electricidad para poder atender los casos más graves. En Médicos sin Fronteras (MSF) nos enfrentamos a ese reto logístico desde hace décadas, normalmente mediante el uso de generadores de gasóleo, pero ahora hemos decidido aprovechar los avances tecnológicos para buscar una solución efectiva, más económica y más sostenible.
Los generadores, la alternativa más habitual cuando se trata de garantizar energía eléctrica en zonas remotas y con suministro irregular, plantean varios problemas. Una de ellas es la enorme dificultad de llevar combustible a lugares donde ni los todoterrenos acceden, máxime teniendo en cuenta que transportar gasóleo en moto o por vía aérea multiplica los costes y las dificultades logísticas. Aunque la energía solar ya hace décadas que se ha desarrollado, los sistemas de alimentación y las baterías disponibles hasta hace poco no nos permitían pensar —por precio, capacidad y vida útil— en usos como alimentar un hospital como en el que ahora me encuentro; en medio de las colinas de Kivu del Sur, en el este de la RDC. Se están usando unas baterías de litio de última generación que ni siquiera han sido comercializadas a gran escala, según me explica Miguel Balbastre, uno de los encargados del proyecto con el que hemos dotado a este centro de energía fotovoltaica.
La instalación consta de 100 paneles solares y siete baterías capaces de acumular la energía que necesita cada centro durante dos días
En Kigulube, que así es como se llama esta población perteneciente al área de Mulungu, la gente vive en aldeas esparcidas entre colinas, muchas de ellas accesibles solamente a pie. Y por si fuera poco,