¿Es mejor esperar a que nuestro hijo pueda comprender la llegada de un hermano? Puede ser una buena opción esperar a que entienda que la llegada de un nuevo miembro a la familia no va a suponer desplazarle, ni destronarle, y que un hermano o hermana menor puede ser el mejor compañero de juegos. Para ello, hay que esperar unos dos años, para que cuando nazca el segundo, el mayor ya tenga los tres años. También puede ser beneficioso espaciar los embarazos para minimizar el riesgo de rivalidad entre hermanos en etapas de desarrollo demasiado similares y poder disfrutar de la etapa de bebé de cada uno sin distracciones, lo que permitirá separar el trabajo físico y concentrarse en cada uno individualmente. La otra cara de separar a los niños es que se pasan más años en total en la crianza activa.

Por otra parte, ¿no sería preferible tener los niños seguidos, y así pasar la etapa de los pañales a la vez? De esta forma se pueden criar al mismo tiempo y se pueden divertir jugando entre ellos cuando lleguen a los años preescolares con los mismos entretenimientos.

Cualquier escenario de espaciado conlleva distintas alegrías y dificultades.

Pero, ¿qué opinan los expertos?

Un estudio realizado en el año 2015 en el Cincinnati Children Hospital Medical Center en Ohio (Estados Unidos) publicado en la revista ‘BJOG: International Journal of Obstetrics & Gynaecology‘ analizó los datos de 454.716 bebés nacidos vivos de mujeres con dos o más embarazos en un período de seis años. Vieron que, de todos los embarazos, el 11% se produjeron entre 12 y 18 meses después del parto anterior y que un 2% sucedió antes de los 12 meses. Entre los embarazos producidos antes de 12 meses hubo un 20,1% de partos prematuros, mientras que en las que lo tuvieron antes de los 18 meses sucedió en el 10% de las ocasiones y que en las que esperaron más de 18 meses sucedió en el 7,7% de los partos.

La Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de intervalo de dos años entre los embarazos,

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