En lo que a productos cosméticos se refiere, el mundo se divide en dos clases de personas. Por un lado están las que tienen los estantes del cuarto de baño repletos de jabones, limpiadores, tónicos, sérums, mascarillas y cremas. Muchas cremas: la de día, la de noche, la que reduce las arrugas, y —la estrella de los cuidados de la piel— la hidratante… Por otro lado están quienes apenas usan un poco de jabón para limpiarse al final del día, cuando no se enjuagan solo con agua. Estos últimos podrían incluirse dentro de la última tendencia de belleza, que se conoce como skin fasting («ayuno de la piel», en inglés), una tendencia en pleno auge que ha alumbrado numerosos hashtags y retos en Instagram.

La idea de no usar cremas la planteó la marca de productos cosméticos japoneses Mirai Clinical hace casi una década. Irónico, ¿no? Quizá, aunque no nos precipitemos. Basados en la cultura del «menos es más», algo que muchos nipones practican hasta en la decoración de sus hogares (solo hace falta ver la moda del wabi-sabi, que consiste en la simpleza y sencillez), los expertos de esta compañía plantearon los beneficios de pasar una noche a la semana sin usar crema. El argumento para hacer se basa en que la piel tiene sus propios mecanismos de hidratación, que se interrumpen con el uso (y sobre todo abuso) de productos cosméticos. Según ellos, este descanso semanal ayuda a fortalecer esa función de nuestro cuerpo.

En efecto, la ciencia confirma que una piel sana tiene la capacidad natural de mantener la humedad que necesita. La epidermis, la capa más externa —las otras dos son la dermis y el tejido subcutáneo en orden desde fuera hacia dentro, es la que se encarga de evitar que se deshidrate. Lo hace gracias a un tipo de lípidos llamados ácidos grasos poliinsaturados, que evitan la pérdida del factor de hidratación natural (NMF, por sus siglas en inglés),

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