Más de la mitad de la población española padece sobrepeso y obesidad, alcanzando el 54,5%, según datos de la Encuesta Nacional de Salud (2017). Además, los menores son uno de los colectivos con mayor probabilidad de sufrir obesidad. En Cataluña, el 35,6% de niños entre 6 y 12 años sufren exceso de peso, de ahí las campañas institucionales que advierten de las consecuencias de basar la alimentación en productos ultraprocesados.

La oferta de las máquinas expendedoras es objeto de debate desde 2008, cuando la entonces consejera de Salud, Marina Geli, recomendó no ubicarlas en zonas accesibles a menores. El exconsejero Toni Comín o la actual, Alba Vergés, también han recomendado a los centros sanitarios apostar por una alimentación saludable en las expendedoras, priorizando fruta, ensaladas o agua en vez de batidos o bollería. Pero todo ha quedado en recomendaciones.

Desde el departamento de Salud un portavoz confirma que “no hay ninguna normativa que obligue a ningún hospital en este aspecto” y que “los centros tienen libertad para elegir el contenido”. Once años después de abrirse el debate, productos perjudiciales para la salud como los ultraprocesados siguen en los vestíbulos de los centros de salud.

La estrategia NAOS y sus alternativas

La estrategia NAOS (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad) se aprobó en 2004, aunque no fue impulsada hasta 2011, por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con el objetivo de fomentar la alimentación saludable y promover la actividad física para combatir la obesidad. Sin embargo, no convence a los nutricionistas. “Su criterio nutricional está desactualizado”, según Babio. Para Caballero, esta medida “cae en el nutricionismo más básico” debido a que “propone reformular los comestibles cambiando una serie de parámetros (calorías, sal, azúcares y grasas), lo que no siempre es una buena idea”. Así, no se tiene en cuenta la naturaleza de los productos y, a pesar del control de los macronutrientes, seguir este criterio nutricional provoca que los ultraprocesados sigan siendo los protagonistas de estas máquinas. Por ello, “si hacerlo bien no es rentable,

 » Más información en elpais.es