Las arritmias suceden cuando los latidos del corazón provocan unos impulsos eléctricos anormales que provocan que el corazón lata más rápido, más lento o diferente a lo que se considera normal. Mareos, problemas para respirar, palpitaciones o dolor torácico son los primeros signos de alerta de una arritmia, provocando una alteración del ritmo cardíaco.

Como detallan en la Fundación Española del Corazón, los latidos derivan de «unos impulsos eléctricos que hacen que las aurículas y los ventrículos se contraigan de forma adecuada, sincrónica y rítmica». Esta frecuencia tiene que oscilar entre los 60 y 100 latidos por minuto.

En este sentido, existen diferentes tipos de arritmia teniendo en cuenta su localización y la velocidad de la fuerza cardíaca. La taquicardia ocurre cuando las pulsaciones superan las 100 por minuto, mientras que si son menos de 60 pulsaciones se considera bradicardia.

¿Cómo podemos identificar si estamos sufriendo una arritmia? Los signos de alerta para reconocer una arritmia incluyen «palpitaciones, mareos, síncopes, dolor torácico o pérdida de conocimiento», añaden desde la Fundación Española del Corazón.

Sin embargo, pueden pasar inadvertidas y detectarse de forma casual al realizar alguna prueba. La frecuencia de los latidos es irregular y es común sentir un aleteo en el pecho, falta de aliento, fatiga o sudoración.

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