«Hay que dejarlo muy claro. Hasta el momento solo ha habido casos de transmisión del COVID-19 de ser humano a mascota», dice rotundo Santiago Vega. El catedrático de Sanidad Animal de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia responde así a las dudas que plantea el contagio de Nadia, una tigresa malaya de cuatro años residente en el Bronx Zoo de Nueva York. Al parecer, el ejemplar del parque zoológico se habría infectado a través de uno de sus cuidadores, un portador asintomático del coronavirus. Otros cinco grandes felinos estarían también enfermos.

Vega habla de otros tres casos conocidos: un gato en Bélgica y dos perros en Hong Kong, un pomeraña «muy mayor» y con patologías previas que acabó muriendo y un pastor alemán que se ha recuperado ya. En esos tres casos, «fueron sus dueños los que les transmitieron la enfermedad». El catedrático es cuidadoso con las palabras y utiliza a menudo el condicional porque «las muestras se pueden haber tomado mal o pueden estar contaminadas». «Hay que ser muy prudentes -sostiene- porque en Italia van más de dos mil perros abandonados y en China se han arrojado mascotas por las ventanas a raíz de los rumores».

De momento la ciencia trata de dar respuesta a las dudas que plantea el virus en relación a las mascotas. Cuenta Vega que en un estudio, que está en fase de revisión, se ha intentado infectar a los perros experimentalmente y «ha sido imposible». En cambio, con los felinos se ha logrado. Eso sí, «en estos estudios experimentales se usan dosis infectivas que no tienen por qué ser las que el animal se va a encontrar en la vida real», reconoce. Y es que interesa ver si los animales se infectan para ver qué clínica muestran y si transmiten la enfermedad a sus congéneres. En este sentido, «parece que la posibilidad de que los perros se infecten de un ser humano es prácticamente nula».

 » Leer más