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Playa

Esperamos la llegada del sol del verano, pero ahora que ya está aquí no podemos olvidar que el sol no puede ser nuestro mejor amigo. De hecho, sus rayos son uno de los mayores enemigos de nuestra piel.

Las largas jornadas de playa que disfrutamos en verano requieren tomar una serie de precauciones básicas para evitar los posibles riesgos para la salud que implica la sobreexposición solar o los periodos prolongados en el agua.

“Las quemaduras, la otitis o los golpes de calor son algunos de los problemas más frecuentes en la playa, pero no son los únicos”, apunta César Morcillo, jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA. Para evitar correr riesgos, los expertos de Sanitas proponen una serie de claves de salud a tener en cuenta en la playa:

Hidratación

Es especialmente importante mantener una buena hidratación en la playa, donde las temperaturas son elevadas y la exposición al sol más pronunciada. El agua se encarga de lubricar las articulaciones, nutrir al cerebro y la médula espinal y, por supuesto, mantener la temperatura ideal del cuerpo. Se calcula que un adulto puede perder alrededor de 1,5 litros de agua a la hora cuando está produciendo sudor, por lo que es imprescindible reponer ese líquido. Además de beber agua y evitar las bebidas azucaradas o carbonatadas, tomar frutas como melón o sandía, con un 95% de contenido hídrico, ayudarán a reponer los líquidos perdidos y evitar los golpes de calor.

Sobrexposición al sol

La exposición al sol por periodos prolongados o sin tomar las precauciones necesarias supone riesgos graves para la salud. Hay que utilizar un fotoprotector adecuado al fototipo de la piel, cubrir la cabeza con un gorro y aplicarse crema solar de forma recurrente. No hacerlo puede provocar desde el envejecimiento prematuro de la piel hasta afecciones cutáneas como cáncer de piel de varios tipos, entre ellos el más peligroso, el melanoma. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM),

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