Hay muchos aspectos de la fisiología genital femenina que, debido a los prejuicios sexistas que aún hoy tiñen nuestra cultura, no se han comenzado a investigar seriamente hasta hace sorprendentemente poco tiempo. Eso explica que todavía se mantengan mitos y dudas, y que aún nos quede mucho por aprender.
El ‘misterio’ de la eyaculación femenina
Desde hace mucho tiempo, los fisiólogos saben que muchas mujeres expulsan por la vulva un líquido espeso y blanquecino durante las relaciones sexuales y especialmente en el momento del orgasmo. No obstante, no fue hasta finales de la década de los 90 cuando comenzó a estudiarse en profundidad la naturaleza de este fenómeno; previamente, se asumía simplemente que se trata de orina.
El análisis químico ha revelado, en varias ocasiones, que aunque este líquido parece contener cantidades variables de orina diluida, en realidad tiene una composición diferente, más parecida a la del semen masculino: por ejemplo, se ha detectado que incluye glucosa y creatinina. El descubrimiento de que se producía en una parte de la anatomía completamente diferente a la orina (las glándulas de Skene, frente al sistema urinario) terminaron de confirmar la diferencia entre la eyaculación femenina y la orina.
¿Y qué pasa con el ‘squirt’?
No obstante, puede que al hablar de eyaculación femenina muchas personas estén pensando en realidad en otro fenómeno.