La cúrcuma es una especia que se utiliza en la cocina como ingrediente para condimentar multitud de platos o como colorante. Sin embargo, tradicionalmente se ha usado por sus propiedades medicinales como remedio natural para diversas afecciones debido a su actividad antiinflamatoria.

Pero, ¿tienen algún riesgo para la salud los complementos de curcumina? Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomiendan emplear esta especia aromática únicamente como condimento «dentro de una dieta variada», salvo que un profesional sanitario «prescriba algún medicamento que contenga extracto de cúrcuma entre sus ingredientes».

Tradicionalmente, la cúrcuma se ha utilizado para el tratamiento de afecciones cutáneas o para el hígado, y en España «se comercializan medicamentos que en su composición incluyen extracto de esta especia». Las populares propiedades curativas de la cúrcuma se deben a uno de sus componentes: la curcumina. Se trata de un polifenol que «se dice que puede actuar como antiinflamatorio o que ayuda a combatir patologías biliares o la artritis». Sin embargo, los estudios sobre sus beneficios en la salud no son concluyentes.

La OCU recuerda que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) «no ha reconocido por ahora ninguna de las propiedades que se atribuyen a la cúrcuma». Asimismo, la autoridad europea propone un límite máximo de ingesta para que no suponga ningún riesgo: 210 mg/día para una persona adulta con un peso de 70 kg.

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