Un nacimiento con la bolsa amniótica prácticamente intacta, sin romper, con el bebé recién nacido cubierto de este líquido. Se trata de un tipo de nacimiento muy poco frecuente, ya que ocurre en uno de cada 80.000 nacimientos, que se conoce como parto velado.

A los niños o niñas que llegan al mundo de esta forma se les llama ‘enmantillados’ porque parecen estar rodeados de un manto, que es el líquido amniótico. Sin duda, es un hecho extraordinario por ser extremadamente poco habitual que los bebés nazcan así, ya sea en un domicilio o en el hospital.

¿Para qué sirve la bolsa amniótica?

Los recién nacidos enmantillados nacen sin dañar este saco que envuelve al feto, aunque el momento de romperla debe ser rápido para evitar que se quede sin respiración. «El líquido amniótico es el fluido que rodea al feto durante el embarazo dentro del saco amniótico, la bolsa donde el feto crece y se desarrolla hasta su nacimiento», explican en Reproducción Asistida ORG.

De tal manera que durante el embarazo, este líquido ejerce funciones vitales porque sustenta y protege al feto. Este líquido se forma a partir de la cuarta semana de gestación «cuando el embrión ya ha implantado en el útero» y se forma el saco, también denominado «amnios».

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