La carne roja es uno de los alimentos básicos y típicos dentro de la dieta habitual de nuestro país. Sin embargo, son muchos los estudios centrados en los hábitos de alimentación y la nutrición los que tratan de averiguar los efectos de esta sobre el organismo.

Ejemplo de ello es la investigación publicada en la revista científica Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology, que ha discernido que las sustancias químicas producidas en el tracto digestivo por los microbios intestinales después de comer carne roja se relacionan con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).

Enfermedades cardiovasculares y el consumo de carne roja

En todo el mundo, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte. Aunque el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular, incluidos el infarto y el ictus, aumenta con la edad, otros factores de riesgo están influidos por el estilo de vida.

El estilo de vida y los comportamientos que se sabe que mejoran la salud cardiovascular incluyen el consumo de alimentos saludables, especialmente frutas y verduras; la actividad física regular; dormir lo suficiente; mantener un peso corporal saludable; dejar de fumar; y controlar la presión arterial alta, el colesterol alto y el azúcar en sangre.

«La mayor parte de la atención prestada a la ingesta de carne roja y a la salud se ha centrado en las grasas saturadas de la dieta y en los niveles de colesterol en la sangre.

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