Los accidentes cerebrovasculares, popularmente conocidos como ictus, forman parte de las enfermedades cardiovasculares, que son en conjunto la principal causa de muerte en los países desarrollados según los datos de la OMS. Se trata, por tanto, de un problema muy común y muy serio que a menudo es letal o tiene serias consecuencias.

Un accidente cerebrovascular consiste en la reducción o el cese del suministro de sangre a una parte del cerebro, con lo que esta última deja de recibir el oxígeno y los nutrientes necesarios para seguir funcionando.

Debido a que los tejidos cerebrales comienzan a morir a los pocos minutos en estas condiciones, se trata de una urgencia médica que requiere atención inmediata, y de hecho el pronóstico depende en buena medida de la detección y actuación rápidas.

Se producen por dos causas principales, y en función de ellas el episodio se va a desarrollar de una forma u otra. Cuando la causa es el bloqueo de una arteria, se denomina accidente cerebrovascular isquémico: este es el tipo más común de ictus, y normalmente se debe a la acumulación de grasa (colesterol) o coágulos (trombos) en las paredes arteriales.

En cambio, cuando la causa es la rotura de una arteria, estamos ante un accidente cerebrovascular hemorrágico, y puede venir provocado por razones como una presión arterial excesiva,

 » Leer más