La peste se ha ganado un lugar especial en la historia de Europa y del mundo. No es de extrañar que, tras matar hasta a 200 millones de personas (según algunas estimaciones), haya dejado su impronta en nuestra memoria colectiva como un gran terror del que, en su momento, nadie estaba libre.

Hoy en día, la peste ha quedado como un mal recuerdo, un horror del pasado. Sin embargo, nunca se erradicó del todo, y sobrevive en algunos reservorios que aún son una amenaza.

La peste es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Yersinia pestis y que afecta tanto a humanos como a otras especies animales. Es altamente contagiosa y, sin tratamiento, puede provocar la muerte de la persona afectada.

Esa alta contagiosidad no se da necesariamente entre humanos, sino más bien entre otras especies animales (vectores) y personas. Por ejemplo, pese a que tradicionalmente se ha señalado a las ratas como el vector más importante en las grandes pandemias de peste, hoy se sabe que este papel lo cubrían las pulgas de la rata, que infectaban a las personas a través de sus picaduras.

También es posible contraer la peste al manipular cadáveres de ciertos animales (distintas especies de mamíferos) o comer carne infectada por la bacteria.

 » Leer más