La Real Academia Española (RAE) define la hematuria como la «presencia de sangre en la orina». Pero ¿qué ocurre si al ir al baño detectamos que la orina tiene un tono rosáceo? Pues esta es una señal de alerta de que algo no va bien y de que debemos acudir lo antes posible al médico para un análisis de orina.

Cualquier color de la orina que se aparte del amarillo o del color claro (casi transparente) denota que algo no va bien. Pero si, además, el color es rosáceo o casi rojo (hematuria macroscópica), entonces no debemos esperar. Este color no es normal y alerta de un posible trastorno. ¿Qué es lo que puede estar pasando?

Cuando la orina tiene un tono rosáceo hay que desconfiar de hematuria, es decir, de sangre en la orina. Es posible que la veamos en el baño tras limpiarnos o que en el propio papel higiénico manchemos con orina rosácea. Si es un hecho aislado no debemos preocuparnos, pero si perdura la hematuria hay que acudir al médico para que nos realice un análisis de orina sin tardanza.

El Manual MSD habla sobre la hematuria aislada. Esta provoca que la orina adquiera ese tono rojizo por causas no alarmantes como el consumo de ciertos fármacos,

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