El óxido de etileno es un «gas incoloro, inflamable y de olor dulce» que se suele utilizar para la producción de sustancias químicas, como es el caso de los anticongelantes, explican desde el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. (NIH, por sus siglas en inglés).
Además, en cantidades más pequeñas, esta sustancia también se puede utilizar «como agente de fumigación y esterilización», por lo que se trata de un agente cancerígeno.
«El óxido de etileno se utiliza casi exclusivamente en la industria no alimentaria, como materia prima para la elaboración de productos químicos orgánicos», explican desde uno de los documentos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Un ejemplo de estos productos químicos son etilenglicol, detergentes no iónicos, fibras de poliéster, anticongelantes…
El óxido de etileno está clasificado actualmente «como un posible mutágeno, posible carcinógeno y posible tóxico para la reproducción. Esta es la razón por la que está prohibido su uso en la Unión Europea desde hace más de 20 años», indica el documento.
Así, las principales vías de exposición de los seres humanos al óxido de etileno son la inhalación y la ingestión, mediante el consumo de productos alimenticios que tengan esta sustancia o por la exposición medioambiental.
En algunas ocasiones,