Recientemente se conoció la noticia de que un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford ha logrado trasplantar tejido cerebral derivado de células madre humanas a ratas recién nacidas.
Puede parecer ciencia ficción, e inicialmente puede ser difícil imaginar el objetivo de tal experimento. Sin embargo, se trata del último avance en una línea novedosa y prometedora que está cambiando el modo en el que se investiga la medicina actualmente.
Organoides, órganos humanos en miniatura
Esos conjuntos de células que se han implantado en el cerebro de estas ratas son un ejemplo de lo que se denomina organoides: pequeñas réplicas artificiales de diversos órganos. Normalmente, los organoides no funcionan de la misma manera que un órgano real, pero están constituidos por los mismos tipos de tejidos y comparten con ellos ciertas características.
Este desarrollo sólo fue posible a partir del trabajo de una serie de investigadores (los más destacados, los premios Nobel John B. Gurdon y Shinya Yamanaka) que descubrieron que las células humanas maduras pueden ser «reprogramadas» para regresar a un estado pluripotente (es decir, que son capaces de dar lugar a cualquier otro tipo de célula).
El objetivo, en cualquier caso, es crear un nuevo modelo para investigar esos órganos que se reproducen; su comportamiento, el efecto de los fármacos en ellos,