Los trabajadores de Metro Madrid se concentraron este viernes en la Asamblea regional, donde una comisión investigaba la presencia de amianto en el suburbano y la exposición que han sufrido. Metro descubrió en 2013 la presencia de este material en los trenes, pero no emprendió acciones hasta 2017. Cuatro empleados han sido diagnosticados con una enfermedad relacionada con el amianto. Dos han fallecido.

Alrededor de un centenar de trabajadores quisieron mostrar su preocupación por la exposición al amianto que han sufrido mientras desempeñaban sus tareas en la empresa. Cuando comenzó a usarse, este material era la panacea por sus propiedades. El paso del tiempo evidenció también su alta toxicidad: los empleados que habían estado expuestos al material enfermaban, principalmente de asbestosis, mesotelioma o de cáncer de pulmón. Por esa exposición y por la gestión que ha hecho Metro de Madrid, los trabajadores convocaron este viernes paros parciales y se concentraron eante el parlamento autonómico.

Por ahora, cuatro trabajadores de Metro Madrid han conseguido que se les reconozca que sufren algún tipo de enfermedad laboral asociada al amianto. Dos de ellos ya han fallecido. “Pero hay más casos”, lamenta Comisiones Obreras (CC OO). En estas semanas, están pendientes de confirmar un nuevo afectado, que elevaría a cinco los diagnosticados en Metro. “También hay compañeros que están empezando a hacerse pruebas y empezaremos a saber más”, avisa el sindicato.

En la Asamblea de Madrid se celebraba una comisión de investigación sobre la presencia de amianto en Metro. Estaban citados a declarar el consejero delegado de la compañía, Borja Carabante, y la consejera de Transportes de la Comunidad de Madrid, Rosalía Gonzalo. PSOE y Podemos pidieron la dimisión del consejero por la mala gestión de la crisis. “Tengo la conciencia tranquila”, respondió Carabante, que además dijo que ya estaba adjudicado el 20% del presupuesto del plan de desamiantización del suburbano, dotado con un total de 140 millones de euros hasta 2025. La consejera Gonzalo le mostró su apoyo: “En este asunto, no hay responsabilidades políticas”.

La oposición y los trabajadores no opinan lo mismo.

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