La actriz estadounidense Alyssa Milano vuelve a dar la cara por una causa que afecta a las mujeres. La intérprete, de 46 años, fue quien impulsó el movimiento MeToo en 2017 animando a las mujeres que hubieran sufrido los abusos del productor Harvey Weinstein a dar la cara y contar su historia. Y ahora ha hablado sobre su experiencia personal con el aborto como una forma de protestar contra las leyes restrictivas que califica de “un ataque contra los cuerpos de las mujeres”.

La intérprete que se dio a conoce con la serie Embrujadas ha convertido el activismo en su forma de vida y no ha dudado en confesar que ella misma abortó dos veces en pocos meses en 1993. Una revelación que ha hecho para defender la libertad de las mujeres sobre su propio cuerpo y denunciar las restrictivas leyes contra el aborto que se van abriendo paso en el mundo y, en concreto, en algunos Estados de su país, como en Georgia. Milano ha relatado que cuando decidió abortar tenía 20 años. “Estaba enamorada por primera vez”, ha explicado en el último episodio de su podcast Sorry Not Sorry, “de la manera sin aliento en la que solo puedes estarlo cuando eres joven. Fue un momento alegre, emocionante y poderoso en mi vida”. Pero algo falló, porque la actriz afirma que a pesar de estar tomando anticonceptivos se quedó embarazada y que estando centrada en su carrera no “estaba lista para ser madre”.

“Fue devastador, fui criada como católica y de repente tuve un conflicto con mi fe… Tenía un futuro y una carrera potencial. Además, a veces sufría de una ansiedad que me paralizaba”, una situación a la que contribuyó que también había tomado una medicina contra el acné, Accutane, que se ha relacionado con algunos defectos congénitos producidos durante el embarazo.

Our reproductive rights are being erased.

Until women have legal control over our own bodies we just cannot risk pregnancy.

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