Con la primavera cada vez más cerca, son muchos los que temen a las múltiples alergias que se intensifican en estas fechas. El número de alérgicos y los diferentes tipos de reacciones siguen incrementando con el paso de los años, motivo de preocupación tanto para los pacientes como para los alergólogos.
Aunque existan muchas formas de aliviar los efectos de la alergia, como evitar tareas de jardinería en las fechas de mayor concentración de polen o no colgar las sábanas y las toallas en el exterior, es difícil evadir sus efectos molestos al completo. Reducir la estancia en exteriores o recurrir al uso de mascarillas son medidas que en la actualidad pueden resultar insuficientes.
La alergia es definida como “una respuesta anómala al organismo frente a sustancias provenientes del exterior”, indica la jefa del servicio de Alergología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Ana Pérez Montero. Estas sustancias, también llamadas alérgenos, pueden provocar una respuesta anómala en los afectados. Entre ellas, se encuentran “las plantas, los ácaros del polvo, los animales y los alimentos”.
“Dentro de los alérgenos se encuentran las plantas, los ácaros del polvo, los animales o los alimentos”
Las circunstancias que provocan la proliferación de los alérgenos y que estos afecten en mayor forma a los pacientes son variadas.