La desescalada con la que se pretender alcanzar la ‘nueva normalidad’ va a ocasionar muchos cambios en rutinas y situaciones comunes previas la llegada de la Covid-19 a nuestras vidas. De momento, el 70% de los ciudadanos están en fase 1 y sólo las islas de Formentera, El Hierro, La Gomera y La Graciosa tienen el ‘privilegio’ de estar en la fase 2. Avanzar a las siguientes fases, además de una mayor flexibilización del confinamiento en el que viven los españoles desde el pasado 16 de marzo, también ocasionará algún que otro quebradero de cabeza.

Mientras recuperamos el ritmo de vida en el trabajo y el ocio, llega el buen tiempo y el aumento de las temperaturas que nos recuerdan la inminente llegada del verano y con él, la apertura de piscinas, prevista para mediados de junio normalmente. El propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, llamó hace unos días a la cautela y la prudencia: «Vamos a ir paso a paso, siempre con cautela o prudencia. En su momento daremos indicaciones si se pueden utilizar y en qué condiciones». Una opinión que comparte Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias del Ministerio de Sanidad, que reconoció que tendrá que valorarse «día a día» y «dependerá mucho de cómo evolucione la situación en cada territorio».

Directo | Así avanza la lucha contra el coronavirus

Un informe elaborado por el CSIC apunta a que el agua no es «el principal riesgo» de contagio en el Sars-Cov-2, la enfermedad desarrollada por el coronavirus «dadas las características y las vías de transmisión conocidas». Por ello, las zonas que ya han alcanzado la fase 2 o que lo harán en las próximas semanas ya pueden abrir al público las piscinas recreativas, pero con muchas limitaciones, según recoge la Orden SND/414/2020, publicada el 16 de mayo.

Según los Administradores de Fincas esta orden del Ministerio de Sanidad no resuelve las cuestiones pendientes que sus colegiados han ido exponiendo en sus distintas comunicaciones tanto al presidente del Gobierno,

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