Las gallinas son especialmente sensibles a los fuertes ruidos y más si éstos proceden de las maniobras que realizan aviones militares que vuelan bajo y hasta superan la barrera del sonido. Esto está ocurriendo en Villapalacios, un pequeño pueblo de la Sierra de Alcaraz, en Albacete, donde una granja, «Cortijo de Cardos», ha denunciado que han muerto entre 2.000 y 3.000 gallinas en el último año por los aviones que sobrevuelan la explotación procedentes de la base aérea de Los Llanos, en la ciudad de Albacete.

El estruendo que provocan los aparatos no sólo mata a las aves por estrés sino que también rompe los huevos. El desastre en la granja es tal que sus propietarios tenían planeado ampliar las instalaciones de este negocio de avicultura ecológica pero ahora han cambiado de opinión. «Hemos retrocedido en el negocio unos cuatro años porque en el último año se ha incrementado la presencia de estos aviones y estamos muy endeudados con los bancos», lamenta Jesús Rodríguez, copropietario de la explotación.

Los dueños han denunciado los hechos a la Subdelegación del Gobierno en Albacete, que ha derivado al caso al Ministerio de Defensa, al que piden que cesen estos vuelos por la zona. La respuesta del Ministerio no les ha satisfecho pues en su escrito nada se dice de desviar el trayecto de los aviones aunque sí se pregunta por la cuantía de los daños ante el eventual pago de una indemnización.

Más abortos

Ya en 2007, el Ministerio de Defensa compensó con 900.000 euros a las localidades albaceteñas de Hoya Gonzalo, Chinchilla, Pozo Lorente, Casas de Juan Núñez y La Higueruela por los efectos de las bombas y explosivos empleados en el campo de maniobras militares situado a sólo 3 kilómetros del casco urbano de Hoya Gonzalo. El Ministerio reconoció entonces que estas maniobras habían impedido su desarrollo durante décadas, originado grietas en algunas viviendas y provocado abortos en gallinas,

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