La fimosis es un problema frecuente en los niños. La Asociación Española de Pediatría (AEPED) afirma que hasta el 86% presentan esta condición en la que el orificio de la piel que cubre el glande es tan estrecho que dificulta su retracción. Aunque en la mayoría de los casos este problema se soluciona a medida que el niño crece, es conveniente que el pediatra realice un seguimiento para comprobar cómo evoluciona.En ocasiones, es fácil que en las consultas del pediatra aparezcan padres y madres preocupados porque su bebé, de apenas unos meses, presenta fimosis. Sin embargo, la AEPED recalca que esto es completamente normal. De hecho, «a los 4 años el 80% de los niños pueden retraer el prepucio sin problemas».Con el seguimiento adecuado por parte del pediatra, este podrá ir observando la evolución de la fimosis. Por eso, «lo más sensato es no hacer nada», como explica la AEPED, y dejar que el médico se encargue de valorar la situación y determinar cuál será el siguiente paso en el caso de que la fimosis no desaparezca.Muchos padres y madres que han tenido niños con fimosis suelen aconsejar echar para atrás el prepucio durante el baño para evitar la cirugía en el caso de que la fimosis no se solucione espontáneamente. Pero, lo mejor siempre es dejarse asesorar por el pediatra.La AEPED recomienda que ante este proceso natural se debe «cuidar la higiene local con una suave retracción del prepucio, sin forzar». Sin embargo, hay que tener mucho cuidado, pues si el orificio es muy estrecho puede que sea imposible echar para atrás el prepucio sin hacerle daño al niño. En estos casos, es mejor centrarse solo en la higiene de la zona.Algunos pediatras no aconsejan retraer el prepucio. La razón está en que, con la intención de evitar la cirugía, la retracción puede ser demasiado forzada y causar cicatrices que no contribuyan a mejorar la situación, sino todo lo contrario. Así, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) recomienda no «forzar la retracción del prepucio porque provocaremos pequeñas grietas, que al cicatrizar harán una fimosis cicatrizal, imposible de retraer».Uno de los tratamientos más conocidos para la fimosis es la circuncisión. Se trata de «una intervención quirúrgica en la que se elimina total o parcialmente la piel del prepucio», como indica la AEPED. Esta puede llevarse a cabo al final del segundo año de vida del niño,

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