Rellenos,liftings, depilación láser, tratamientos contra la hiperhidrosis de axilas. El mundo de la estética vive un momento álgido. Nacen nuevas empresas —sobre todo en el ámbito de la medicina estética, menos invasiva que la cirugía— y Madrid se perfila como gran foco de crecimiento del sector: es la comunidad con más centros de toda España (894), seguida por Andalucía (825) y Cataluña (416), sobre un total de 4.040 centros autorizados por el Ministerio de Sanidad. Y en toda esa efervescencia, un dato: la clientela masculina va aumentando, hasta representar el 30% del total de usuarios, según la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).

“El margen de crecimiento de la estética entre los hombres es increíble. Antes era difícil encontrar a un hombre en las salas de espera… Ahora es incluso normal que haya dos. ¡Tendremos que actualizar los folletos!”, se ríe Cristina Álvarez, una emprendedora madrileña cuya historia es sintomática del repunte del sector. Hace unos 15 años, con su marido, decidió convertir su tienda de videoclub en Carabanchel en un pequeño centro estético. Rápidamente abrió más instalaciones, hasta llegar al barrio de Salamanca, zona estratégica por el poder adquisitivo de sus residentes (el 90% de usuarios sigue siendo de clase media-alta). Ahora es dueña de tres centros con la marca Cristina Álvarez en Madrid y de una cadena (Centro Ideal), que acaba de desembarcar en Portugal e Italia. Factura 40 millones.

“Tenemos clientes de todo tipo, también famosos del mundo del espectáculo, y hasta periodistas”, explica Álvarez. Para Álvarez, uno de los detonantes del crecimiento del sector es la entrada de los usuarios varones. “El mundo ha cambiado; y ya desde la crisis los hombres ven en la mejora de su aspecto exterior un elemento esencial para su profesión. Quieren parecer más jóvenes para que los contraten”, señala.

Para la SEME, la mujer se mantiene como principal usuaria, aunque el interés entre los varones aumenta. Ya casi uno de cada cinco hombres se ha acercado a la estética. Son sobre todo hombres de 40 años, de ingresos medios y medios-altos,

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