Los supervivientes del Holocausto viven más que los judíos que no sufrieron el horror nazi. Al comparar una gran muestra de casi 40.000 de ellos con nacidos en lo que hoy es Israel, un estudio muestra que los que pasaron por los campos de exterminio tienen un mayor número de enfermedades pero, en cambio, disfrutan una mayor esperanza de vida. Los autores de la investigación creen que solo los más fuertes sobrevivieron y eso explicaría su longevidad.

Diversos estudios habían relacionado ya el paso por los campos de concentración con un peor estado de salud. En comparación con otras personas de edades, condición y características equiparables, los supervivientes han sufrido y sufren más enfermedades, muchas de ellas en paralelo, lo que se conoce como comorbilidad. La base del síndrome es compleja, pero estaría relacionada con aquella experiencia: las malas condiciones de higiene mientras fueron prisioneros, la malnutrición prolongada, primero en los guetos y después en los campos, el trauma psicosocial y los daños postraumáticos.

Ahora, un amplio estudio con 38.597 supervivientes de la Shoah (la catástrofe, en hebreo) y otros 34,931 judíos nacidos en lo que hoy es Israel ha permitido comparar el estado de salud de unos y otros. Las dos muestras son muy similares y ambas nacieron entre 1911 y 1945, los primeros en Europa y los segundos en lo que era el Mandato Británico de Palestina. Tras la II Guerra Mundial, algo más de medio millón de judíos europeos llegaron al naciente Estado de Israel. En los sistemas de salud, como el Macabbi Healthcare Services del que se ha extraído la muestra, cuentan con el historial completo de los supervivientes. Tanto unos como otros son al menos septuagenarios, cuando no nonagenarios.

La comparación, publicada en la revista médica JAMA Network Open, muestra que los supervivientes tienen un índice de comorbilidad de 3,3 frente al 2,7 del grupo de control. Esto es, de media tienen más de tres enfermedades. El estudio incluyó en los perfiles clínicos 11 diferentes patologías crónicas, entre ellas cinco enfermedades cardiovasculares,

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