Las cuchillas de afeitar son una solución muy popular tanto para el afeitado masculino como para la depilación femenina. No obstante, para garantizar su funcionamiento óptimo y para evitar que puedan suponer un riesgo requieren un cierto cuidado y su sustitución periódica.

¿Qué riesgos tienen las cuchillas sin limpiar?

Con el tiempo, las cuchillas de afeitar pueden desafilarse, mellarse u oxidarse. Esto no sólo compromete su funcionamiento, sino que además puede resultar dañino para la piel. Por ejemplo, el uso de cuchillas mal afiladas puede terminar por provocar la aparición de sarpullidos rojos en la zona que entra en contacto con la cuchilla.

De la misma manera, un mal afeitado propiciado por una cuchilla desafilada o mellada puede propiciar la aparición de vellos encarnados: pelos rizados que no llegan a romper la piel al crecer y que causan pequeños bultos o granitos. No sólo eso, sino que pueden llegar a surgir pequeñas infecciones, tanto en estos pelos encarnados como en los cortes que nos podemos hacer con una cuchilla en condiciones inapropiadas.

Cómo mantener las cuchillas en condiciones

Para evitar todo esto, en primer lugar es necesario sustituir la cuchilla cada cierto tiempo. La frecuencia concreta, como es lógico, dependerá del uso que le demos a la cuchilla; sea como sea, no deberíamos usarla más de unas 10 veces (e incluso menos,

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